Prácticamente desde hace algunos años la vida me sabe de la misma manera... los días transcurren y aparento seguir inmovil, frío e intolerable. Ya octubre y éste frío me va cubriendo poco a poco sin siquiera tratar de recordar lo que pudo ser con aquel amor veraniego; qué me ocurre, ¿es que acaso esta indiferencia que tengo a las demás personas es un inicio de madurez o quizás de crudeza? quisiera que al paso del día las respuestas fluyeran a travéz de otras acciones e inclusive de un milagro.
Bueno, no importa ya! Solo me ha quedado seguir teniendo fé y desequilibrarme con el paso de la ausencia... "aprender" cuesta un poco pero seguramente valdrá la pena sobreponerse y aceptar que aunque los días y meses son repetitivos; las acciones y/o desiciones tomadas en ellos nos ayude a madurar.