Una bella doncella descansa plácidamente
En una cama de hojas, en el medio del bosque
Sus manos y labios fríos
Su rostro azulado.
A su lado reposa una rama ensangrentada
Con la misma inocencia de su compañera.
Y frente a ella, de pie, un muchacho
Llorando desconsoladamente, pero sin hacer ruido.
El chico la observa en silencio
Como muchas veces había hecho.
Mira en silencio a la chica
Que está sumida en un muy, muy profundo sueño.
Hace un momento no quería que hablara.
Ahora daría lo que fuera por escucharla.
Todo había sido un accidente.
Fue tan rápido que no supo que pasó.
¿Cómo llegó la rama a sus manos?
¿En qué momento la blandió como una espada?
¿Cuando la muchacha entró en ese estado de calma?
El muchacho lanza un grito
Sabe que la chica no despertará
Se arrodilla a su lado y llora con todas sus ganas
Simplemente quería que se callara.
La noche llega y con ella la lluvia
Sin embargo la muchacha no descansa sola
Pues a su lado reposa el desconsolado muchacho.
Él quizo hacerle compañía a la dama.
Y ahora también duerme.
Sus manos y labios fríos
Su rostro igualmente azulado.
