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Los Vigilantes Caidos (parte 2)

Capitulo 1-parte 2

...

-Tenemos que ir al médico ¿Crees que podrás estar unas horas sin nosotros?-no respondí pensando en la gran idea que podría llevarme a la fama, o mínimo empezar a hacerme de un nombre en el mundo de la literatura y adquirir algo de experiencia.

-¿Te sientes bien?...o ya se, ¿estás enamorado no es así?- ahí fue donde si me hicieron reaccionar, lo peor es que igual me sonroje.

-Abuelo no digas esas cosas, aun estoy muy joven para eso…lo que pasa es que, quería saber si mi padre se opondrá a que quiera ser escritor.- su mirada mostraba sorpresa, se llenaron los 2 de melancolía, ¡demonios! sabía que no debía preguntar, solo trae malos recuerdos.

-¿Por qué quieres ser escritor?-su mirada de tristeza hizo que no tuviera el valor para contestar que era mi mayor deseo, no podía dejarlos en la incertidumbre de no saber si me iba a pasar lo mismo que a mi hermano.

-No por nada, solo que me pareció interesante, además hay un concurso de cuentos en la escuela con un premio de $100 pesos al primer lugar, aunque si no quieren no, total no es de mucha importancia, solo quería intentar ganar algo de dinero- se me quedo viendo un rato, se dirigieron a la puerta muy pensativos, se detuvieron antes de cerrarla.

-Hablaremos de esto con tu padre cuando regresemos, tal vez podríamos convencerle si se lo pedimos juntos- cerró la puerta y no pude contenerme, mi abuelo me apoyaba a pesar de todo, a que feliz me siento.

Seguía esperando a mis abuelos con una gran emoción, ya había preparado todo para que nos conectáramos en una videollamada con mi padre, cada segundo me llenaba más de emoción, tocaron a la puerta y salí corriendo a abrirla, me pasó algo que no me esperaba, encontrarme tan rápido con ella.

-Hola, ¿Quieres salir un rato?- ella aparece en los momentos menos indicados, y yo que había pensado que mis abuelos ya estaban de vuelta.

-No…no puedo porque mis abuelos no están- miro adentro de la casa, un rato, cuando de pronto sentí un empujón que me hizo caer, y ver como ella entraba muy confiada, lo peor es que estaba tomando mi libro de ensayos.

-Oye ¿tu escribes poemas?, vaya creo que es genial nadie de los que conozco hace algo parecido-me sentí nervioso cuando vi lo directa, descarada y mal educada chava era, en verdad que jamás me había topado con alguien así antes.

-Dame eso, y no son poemas, son pues cuentos para el concurso de la escuela, además debes irte, mientras mis abuelos no estén no puede nadie entrar a la casa- de pronto se me acerco mucho a la cara, ¡Dios mío! Con quien me has topado, que le pasa a esta niña, y ese aroma a rosas ¿ya se pone perfume?, Dios porque estoy pensando en esto, debo de sacarla de aquí antes de que mis abuelos regresen.

-Eres un mentiroso sabías, me he llevado bien con tus abuelos desde que tengo memoria, además tengo una copia de las llaves de la casa, no sé por qué armas tanto alboroto- no puedo creer que le tengan más confianza a esa niña que a mí que soy su sangre (¿no me quieren confiar una copia de llaves y a ella sí?)

-Como sea, estoy ocupado…-se abría la puerta (y con ella aquí, se va a armar Troya).

-a mira pero si esta tu amiguita aquí…-eso fue el colmo (no que lo dijera si no él como lo dijo).

-Hola abuelos- ¿Qué? La muy confianzuda les dice eso.

-Hola niña, que bueno que le has hecho compañía es muy tímido, por cierto Iván hable un rato con tu padre, lo convencí aunque me puso la condición de que no escribieras nada sobre política, ¿estás de acuerdo?- Me llene aun mas de alegría.

-Si rompes tu promesa, dice que jamás le vuelvas a hablar, ya no te reconocerá como tu hijo, así que ¿entiendes lo serio de esto?- jamás oí a papa decirme algo tan serio, creo que en verdad tiene miedo.-por cierto aquí tienes las llaves de la biblioteca, ahí es donde tu padre tiene cuadernos nuevos, plumas lápiz, pizarrón, libros, muchas cosas que te pueden ayudar a escribir.-no dirigimos al cuarto, era chico pero sí que tenía todo lo necesario, hasta un sillón, era todo genial.

-Abuelo, ¿Por qué me dejo esa condición tan seria?, digo no es para tanto escribir unos cuantos cuentos, dudo que me dedique a esto- tenía una mirada que divagaba, una sonrisa que recordaba y suspiros que me daban aires a la actitud de mi hermano.

-Conozco a nuestra sangre, somos unos tercos sobre lo que queremos, unos inseguros en nuestras ideas, pero con una gran disciplina y pasión sobre nuestros sueños, eres igual que mi padre, así que puedo adivinar que tu sueño es escribir- baje la mirada, me sentía muy incomodo pero al final me dio un abrazo que me hizo soltar una risa con la que le confirme sus palabras.

Podía ver los libros de mi hermano en los estantes pero no era mi gusto el escribir sobre política, veía libros, películas, revistas, de todo tipo, hasta discos de música, pero una música muy vieja y en CD, eso es de la época de mi abuelo…

-Los dejamos solo Iván al rato les prepare un chocolate- cerró la puerta pero estaba tan emocionado que no me di cuenta que “ella” seguía aquí.

-Te saliste con la tuya, ¿enserio no tienes nada que hacer en tu casa?- no me respondió, estaba viendo unas pequeñas hojas que tenia, me acerque a ver…Los vigilantes caídos, era el titulo.

-¿No te hace sentirte raro ver esto?- vi como sudaba pero había frío, sus ojos temblaban y se llenaban de lagrimas, solo corrió y salió de la casa, mis abuelos no notaron nada, me quede observando unos minutos las hojas, ¿tendrá alguna maldición? He leído de libros que en sus páginas hay veneno para matar al lector en cuanto se toque… va como iba a ser posible además de que no tiene más que la pinta de un ensayo reciente, lo tome y empecé a leerlo, parecía un diario, una bitácora militar, pero con solo ver la fecha que tenia, era algo de ya hace varios años así que no creo que me pueda ayuda a darme ideas para crear una historia, pero por pura curiosidad empecé a leerlo…


15 de Enero de 2010 tiempo en la tierra.

“Bitácora de Koatl”

Hoy la noche es dura con nosotros, el silencio reina en el lugar junto a este maldito frío que cala en los huesos como púas, estoy ya en mis límites al igual que mis compañeros pues nunca hemos viajado tan lejos solos, llevamos tres días sin comer ni dormir, nuestro cuerpo experimenta un martirio a cada paso que damos. Uno de nosotros está muy herido, sigo sin créeme que estamos siendo perseguidos por un grupo de cazadores que tratan de matarnos, nuestro gobierno tal parece que nos ha traicionado para apagar la esperanza que muchos de nuestra especie tienen en nosotros, nuestras botas están llenas de la sangre derramada por las heridas de nuestro cuerpo y el abundante sudor de nuestro cansancio. Somos soldados de un país llamado Villa regaliz, somos humanos traídos del planeta tierra, y somos solo unos jóvenes suplicando que alguien no ayude. Yo solo quería ser una chica normal, pero ya hace mucho tiempo que me designaron a mancharme de sangre, y no saben cómo lo odio.
Zubufer24 de octubre de 2010

2 Comentarios

  • Mary

    Que chica tan peculiar... Me gustan los personajes asi con personalidad
    especial como los tullos. Es una buena historia y parece que se pone
    muy interesante.

    Y gracias por el comientario a mi relato, me gustan ese tipo de criticas
    y que seas sincero, gracias!
    Besoss.

    28/10/10 10:10

  • Eluciox

    Hola.

    Con esta segunda parte me has dejado "picado".

    He leído tus dos escritos, y a mi sentir, presentas una deficiencia en cuanto a las palabras que se repiten en un mismo párrafo. Son pocas veces, pero me rompes el ritmo de la lectura.

    Por lo demás, tu texto me parece de fácil comprensión y rápida lectura (no me aburre pues).

    Sigue escribiendo para crecer.

    Esperaré mas textos tuyos.

    Saludos desde LORE-RANCH





    27/04/11 06:04

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