Olvidé
las llaves
y debí romper
el vidrio
de la ventana
de la cocina
para entrar.
Algunos
raspones
suaves
y ya estaba
en casa
con
o sin
ventana.
La brisa
veraniega
iba y venía
entraba y salía
bailaba
y hablaba
y callaba
en la noche.
Las botellas
de cerveza
desparramadas
por aquí
y por allí
y las tapas
metálicas
por aquí
y por allí
también.
Salimos al balcón
con una botella
fria
transpirada
y miramos
las estrellas
y pensamos
y callamos
y bebimos
y cerramos
los ojos.
El mar
abajo
respiraba
lentamente
dormido
desnudo
rendido
a las 4 a.m.
Un momento
muy cursi
pero
REAL
y sincero.
Entonces
tomé
tu nuca
fuerte
con mi mano
derecha
y bese
tu boca
y besaste
mi boca.
Quietos
mirándonos
mientras
el mosaico
nos mimaba
con su caricia
fresca
las plantas
de los pies
y una ambulancia
con su sirena
rompía la noche
afuera
en algún lugar.