Tus manos pesadas recorren mi cuerpo y mi piel absorbe cada gota de ti.
No es el peso de tu cuerpo el que siento, si no el de tu deseo.
Roce de rostros, nuestros suspiros se mezclan.
Besos, caricias y el suave andar de tus manos ya no alcanzan, ambos lo sabemos.
Estamos tan cerca el uno del otro que el afán de lo prohibido podria hacernos fundir en uno.
El tiempo se detiene.
Nuestros cuerpos posan uno junto al otro. Piel con piel.
Podriamos crear otra perfeccion para nuestros ojos, aunque no deberiamos.
No somos el uno del otro, pero ya no nos importa.
El deseo se volvio carne y el pecado fluye. Todo es tan confuso.
Indescriptibles sentimientos de felicidad, adrenalina e irracionalidad. Podriamos hallar esto en otro sitio? No quiero saberlo.
Todo es calmo, solo quedan cenizas. Podremos avivar la pasion? No. El tiempo apresura. Debemos volver a la rutina.
Miro mis manos. El tesoro que cabe en mi dedo me da la certeza que esto no concluye en hoy. Tambien habra un mañana...
Muchas gracias Regina.