Mi casa tiene ventanas con aromas a manzanilla
vientos nocturnos de cabellos largos
estrellas que se tocan con la mano
y una luna que baja a sentarse conmigo.
Todas las noches llega ...
Nuestros mismos ojos tenía la abuelita tuerta. De espaldas a la ventana y sobre una vieja silla del
techo de su habitación, solía contemplar el maravilloso paisaje exterior. La puesta de sol al
amanec...
Saltaban alegres los dos rubitos. Aquella noche Papá les contaría un cuento. Desde que mamá murió,
no lograban conciliar el sueño sin antes escuchar uno. Papá nunca disponía de tiempo para hacerlo,
te...