TusTextos

Ni la Muerte Podrá Separarnos

Era un 17 de julio, volvía a ser ese día y estoy segurisima que el ni se acordaría el porque era especial. Estaba estirada en el sofá la televisión estaba encendida yo la miraba pero sin prestarle atención estaba sumergida en mi mundo de sentimientos y pensamientos, estaba en mi otra vida paralela situada en mi mente, en mi corazón. Dispuesta a levantarme para buscar algo para beber y ya de paso despejarme un poco una sensación extraña recorre mi cuerpo, un único pensamiento me impide pensar en otros, un único nombre se clava en mi, era extraño... Pero rápidamente asustada decidí dejarlo pasar.
De camino a la cocina volvió a sucederme lo mismo, éste era más intenso, podía sentir una voz dentro de mi que me decía: "Te necesito, ven, vuelve conmigo, soy yo.. ya no soy el antiguo yo.. ven.. mi pequeña". Solo había una persona en el mundo que me dijese "mi pequeña" con esa voz que me estremecía y me hacía sentir tan y tan pequeña como el mismo decía. Que me estaba pasando? Porque me estaba hablando o mejor dicho porque le oigo a él?.
De repente mis piernas empezaron a moverse sin parar yo no sabía donde me dirigían, no podía pararlas, tenía miedo, estaba aterrada, que narices esta pasando?
Acabé finalmente en el armario donde mis manos cogieron una camiseta.. una camiseta que hacía meses que no me la ponía, justamente, su favorita; mientras cogía esos shorts que tanto le gustaron el primer día que me los vio y salí en contra de mi voluntad a la calle, iba corriendo, no podía parar y entonces... Caí en la cuenta. Sabía perfectamente a donde se dirigían mis piernas, sabía cual era la meta y cual era el punto de salida pero lo que no entiendo es porque le he oído, porque me dirijo hasta ahí y porque me esta pasando esto!
Vuelvo a ir la voz.. esta vez más cálida más cercana más triste y apagada.. "Mira hacía arriba, no hagas ninguna tontería y no chilles". Demasiada información para el colapso confuso que tenía en mi cabeza ahora mismo, pero decidida miro hacía arriba y el corazón me da un vuelco. Le veo. Él esta en lo más alto del edificio, de pie al borde del muro, y olvidando la distancia mis ojos pueden ver que su corazón está llorando. Antes de que me de tiempo a pronunciar lo que ahora mismo deseaba gritar él me corta y me dice: "No puedo más. Este es un adiós mi pequeña, gracias por haber sido durante estos últimos años mi ángel de la guarda, no sabes lo agradecido que estoy. No voy a dejar de quererte, ni la muerte podrá arrebatarme eso. Perdoname por esto.. yo sólo quiero lo mejor para ti y yo.. yo no quiero seguir en este mundo injusto. Lo siento pequeña. Te quiero y siempre te querré".
NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO
No podía dejar que se fuese, no así. Eché a correr. Rompí el cristal de la puerta entre y como consecuencia se me hicieron cortes en los brazos y piernas pero no era un dolor comparable al de su eterna ausencia, no podría, con ése no. Subí las escaleras a marchas forzadas. El corazón se me iba a salir de la boca, pero no importaba, no importa, sin él nada tendría sentido. Mientra corría su voz me decía: "Si vienes a buscarme me iré, para siempre". Tenía que darme prisa.

35 segundos había tardado en subir los siete pisos más un entresuelo que me separaban de él, no sé aún ni como lo he hecho así que abro la puerta que da a la azotea. Sólo una puerta nos estaba separando en ese preciso instante. La abro. Le veo a lo lejos. Piso la azotea y presencio una profunda tristeza y corro, corro hacia él. Él me ve y decidido da un paso hacia el vacío, donde le espera el profundo e inmortal sueño. No podía permitirlo. Así que me tiro sobre él y tiro de su brazo hacia mi. Estaba a salvo.
Cuando quiero darme cuenta lo tengo encima de mi, mirándome, llorando, podía notar sus lágrimas que resbalaban por mi pecho.
-Sabía que vendrías.
+No iba a dejarte solo, ahora no.
-Que tonta eres. Tenías que haberme dejado ir, era lo mejor para ti.
+Deja de preocuparte por mi! ya no soy una niña y sé las decisiones que me convienen y las que no, así que por una vez no me digas lo que tengo que hacer.
-Eres tan tozuda..
+Y tu tan inmaduro..
-Te he echado de menos.
+Éramos dos niños en proceso de adolescentes, no sabíamos los que hacíamos pero ahora..
-Ahora hemos crecido, por una vez, sé lo que quiero.
+Yo también.
-Todo este tiempo sin tu sonrisa, sin tu mirada, sin tus gestos de niña pequeña, sin tus "jope", sin tus dulces caricias.. sin ti.. ha sido tan duro..
+Todo este tiempo sin tus sonrisas, sin tus chistes pésimos y tontos, sin nuestros piques, te echaba de menos perrito.. lo recuerdas?
-Recuerdo lo de perrito, lo del caballo en el pajar, recuerdo que hoy es 17 de julio, que hace 16 días fue un día que mejor no recordar, que llevo 319 días sin ti, que los veranos son nuestra condena y sé que te quiero.
+Sin palabras.
-No digas nada, sólo abrázame.
Y los dos nos fundimos en un cálido abrazo con el que revivimos miles de sentimientos y recuerdos inexplicables. Y entonces yo le susurré..
-Te quiero mi vida.
+Yo te quiero más pequeña.
Y nuestros labios se cruzaron, se encontraron, se rozaron una vez más, volvíamos a estar en lo más alto de la línea, volvíamos a estar juntos, la felicidad había vuelto a nuestros corazones, éramos dos almas destinadas a quererse... el destino nos había puesto a prueba muchas veces y esta es otra de sus pruebas, pero esta vez hay algo mucho más fuerte que nos une y es nuestra madurez.. vamos a ser más listo que el destino y no vamos a dejar que nadie nos separe, ni la muerte.
Yuddith19 de julio de 2012

Más de Yuddith

Chat