Ámame.
Ámame, ámame en el silencio de un beso;
Ámame mientras el tiempo no siga su curso,
Ámame mientras el viento no proclame su espacio.
Ámame cuanto puedas y no cuanto debas,
Ámame hasta temer y después olvídate de ello,
Ámame, que mañana podrás odiarme.
Toda buen historia debe tener un buen final;
no lo opacare con lágrimas ni con heridas vanas,
no dejare que el tiempo nos arruine con rutinas
y mucho menos que le reste valor a nuestras palabras.
Discúlpame mañana, hoy, solo ámame.
Ámame, ámame hasta odiarlo,
Ámame hasta que tu razón te lo impida,
Ámame hasta que sea enfermizo,
Ámame, hasta que desees no volver a sentirlo.
Te amo.
Te amo inmensamente.
Te amo tanto como para arruinarlo.
Si me odias, quiero que se por amarme, no por mis defectos;
Si tratas de olvidarme, deseo que sea por que mi recuerdo se ha hecho imborrable, no porque nuestras memorias se han vuelto insoportables.
Tan solo ámame, ámame cuanto puedas mientras el tiempo no se de cuenta;
Ámame como si no hubiera un mañana, porque no te lo daré,
Ámame hasta embriagarte, ámame hasta perdonarte.
Solo seseo que me ames hasta el fin de tus días, aunque sea solo como un sueño,
Y que la vida te regale día a día una razón para seguir amándome, no para olvidarme.
