Palabras/hechos

A tenues notas de luz suplico que mis oídos estallen, que mi cabeza explote y que mi cerebro sea arrojado sobre las paredes; que mis ideas se plasmen en la blancura de las cortinas y perturbe el tono suave de mi habitación, quiero que el suelo se alimente con mis sueños y que el viento susurre mis secretos sin la menor consideración. Tal vez así mis ideas sean mas claras.

Alguna vez leí que las palabras debían pasar a un segundo plano. ¿Por qué?
¿Por qué habría de considerar mas los hechos?, ¿por qué habría de ahogarme con los recuerdos si siente tan bien una disculpa después de una mentira?; ¿porque habría de restar valor a las palabras cuando estas hieren mas que un golpe en el rostro?

Dame una razón, solo una.

Si te conozco aunque sea un poco sé que mencionaras aquella teoría de que los hechos dicen más que las palabras, y que estas no siempre son veraces. Tienes razón. Estas no siempre son verdad. Suelo clasificarlas en lo que creemos, lo que queremos que crean, lo que sentimos y lo que queremos sentir.

Los hechos para mi son igual de relevantes que las manchas sobre tu vestido, pero las palabras son como la frazada que te cubre y disimula la inmundicia que te consume; siempre dando la posibilidad de ver mas allá de lo que se permite.

Solo tu voz puede cortarse en llanto, solo tu voz puede ahogarse en un suspiro, solo tu voz puede enmudecerse en el temor. Tus actos, son solo reflejo de lo que tus palabras provocan, No importa que tan pequeña sea la letra, o que tan suave sea la voz, de igual manera hieren, hieren ahí donde ni siquiera la espada mas afilada podría llegar.

Dime, ¿qué acto podría superar estas palabras?:
Te odio, te desprecio desde lo más profundo de mi alma y, considerando que aun tenga un poco de corazón, créeme este se ha podrido tras tu paso. Tus huellas no son más que heridas abiertas, que sangran y que arden, que disipan mi razonamiento y que solo me regalan y permiten la idea de aborrecerle.