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Empacó Cuando El Mundo Se Acababa

Nada le costaba a la mujer voltear a mirar por la ventana. Dejar las maletas que estaba empacando para largarse y mirar por la ventana. Afuera el sol estaba lloviendo estrepitosamente. Donde hubiera ya no había sino vapor y pedazos de consciencia vuelta migajón de tierra, pasto y carne. Cada calma se vió quebrada por un decreto que fue y será siempre secreto. Nada le costaba a Dios voltear a mirar su planeta, lleno de pensamientos como arena blanda, coloreado de sinrazones, negro por dentro y forjar una última alianza, a ver si ahora sí. Nada le costaba mirar, pero terminó de empacar y terminó de largarse.
Abrahamsaucedocepeda09 de mayo de 2009

1 Comentarios

  • Mejorana

    Hermoso texto mi querido Abrahan, lleno de decepci?n y sentimiento.
    Tal vez exista dios y no pueda hacerlo mejor.
    Y las cosas ocurran necesariamente porque no exista otra mera y ni Dios pueda cambiarlas.
    Porque el Dios que nos han vendido, es un dios hecho a la medida y conveniencia de algunos, pero un dios de mentirijilla.

    10/05/09 10:05

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