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Y Luego Ya No

En el universo hay sitio para cada cosa, cada inteligencia y motivo. Pero no existía por ningún lado, lugar para este hombre. Que Dios no lo había dibujado. Que nunca fue algo más que eso, nada y menos. ¿Cómo fue entonces que apareció un día? ¿Cómo fue que se decidió a si mismo? Y luego ya no. Del hombre solo quedaron letras pegadas al paladar. Solo señas y reflejos de siluetas. En otro tiempo, después, le veneraron. El que pasó, le llamaron, pues parecía haber hurtado los pensamientos y dejar las mentes heladas y luego ya no. Una secta quería verle en los sucesos aleatorios y fortuitos. La misma secta condenaba con muerte toda acción voluntaria o razonada, pues lo determinístico, lo prefigurado, les parecía acometer contra el reino y resolución del divino. Al final comprendieron su propia blasfemia, que era la peor de todas: El que pasó ya había pasado y ellos en cambio permanecían, contra toda convención de su doctrina. Así, se desvanecieron también un día. Y por eso les adoramos.
Abrahamsaucedocepeda21 de junio de 2009

1 Comentarios

  • Mejorana

    Tienes una imaginaci?n desbordante. Difiero en lo que dices. Bueno no, bueno, no lo s?.
    Pero qu? l?o tan tremendo me he hecho.
    Ya sabes que tengo toda tu colecci?n.
    Luego no protestes.
    Un beso Divino.
    Yo soy mi propia diosa, luego mis besos son divinos.

    21/06/09 02:06

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