Iban dos creaturas mudas, disque paseando, pajareando por las calles de una ciudad que remilga sol y
lluvia, cuando encontraron a su paso el menjurje antropotécnico de un atropellamiento fatal. La
fue...
La razón cobarde declaró con ternura su temor a las estrellas, vibrando, propagándose por todo lo
que estaba cerca. No era una persona precisamente, pero ciertamente representaba la cifra y contexto
d...
La magia, real o literaria, es el oficio de encausar a voluntad aquellos acontecimientos para los
cuales las leyes naturales no tienen rigor. Un brebaje, por ejemplo, es una sustancia de propiedades
q...
Algo de naturaleza onírica apareció frente a ella, oscuro, fatal, sin cara. Un espasmo de terror le
llevó al suelo, que le robó la voz y el grito. Cuando pudo levantarse se arrinconó, mirando
fijament...
Subieron en globo a tocar a la puerta extraña, con la atención entera de quienes podían ver el
suceso por televisión. Toda industria detuvo sus ruedas, todo culto veneró el ascenso a su manera.
En glo...
Ahora hay novedades, leo de otra manera, escribo como si no fuera yo. Ahora me entrego a placeres
convencionales, toco a veces la guitarra, descreo de cualquier doctrina y le hago el feo a cualquier
p...
Levantose sintiendo urgencia. Pensó: ¿Por qué? ¿Wie fuckin spät ist es? Y se destapó para alzar
con eficiencia, con la misma sensación de urgencia, la mitad superior del cuerpo. Miró el relojito
de...
A madre la llenaron de balas. Yo la vi correr sin prisa, como apostando poco a la idea de morir ese
preciso instante de su vida. Harta, imagino, del rumor de la guerra que nos iba rodeando, cada día
m...
Apenas unas cuantas conciencias, doce o trece, somos verdaderas. Cuando el universo muere y vuelve a
nacer, los doce o trece asimilamos, llegado el momento, un cuerpo, otro, luego uno mas, y dictamos
...
Pero antes de eso se le había ocurrido el Calitrobo, hecho de estrellas, pintado de paisajes, con
alas de mármol y nariz de calceta, para que rodara entre las galaxias rumiando y maullando y
dondequie...
Todas las tardes lo veía rodeado de gente, siempre en la alameda central, es increible y fascinante
como atrapa la atención de los presentes, basta un gesto y estallan decenas de sonrisas. Es el
mismo...
Ahi estaba, desafiante, cruel, con una fuerza capaz de derribar mil montañas, acabar con la voluntad
de mil hombres, capaz de todo con tal de conseguir lo que quería, no le importaba humillar,
lastima...
Por hacerme el excéntrico, por vestirme un hábito gracioso, a que me miren raro cuando lo cuento, me
gusta charlar con los pacientes que deliran, guardarles la palabra enferma en mi collage de
estampa...
El desierto lleva al desierto, decían, tanta arena hay como hay tiempo. Que la piel de Dios es
blanca y quema y envuelve su desnudez entera. No hay oriente que valga la pena, que el oriente
también es...
De cuando en cuando ocurría que Sergio se enamoraba. Y alguna singular manía tuviera Dios contra sus
cariños, que cuando más perdido estaba, en los ojos, en la gracia o en la sonrisa, la dama en
cuest...
Arena, entre Pilón y Monserga, colonia Las Primeras sector siete. A tu norte sueltan seis mariachis
la voz. Es la serenata amorosa de un caballero pidiendo perdón a una niña que el quiere y que ha
ofe...
Precisas sentencias se combinaron, se permutaron y fueron obedecidas, alzó la mirada. Comprendía
poco, acaso el hambre y la pereza que diestramente le diseñaron. Admiró la longitud de sus brazos,
la f...
Va la calavera en su atuendo de hacer ejercicio por el departamento, con espasmos de visceral
congoja y dolor en las piernas. Le puede la vieja, el jale, la cabeza, que sin permiso le sacaran
del vien...
Una última justificación y las horas finales llevarían sabor soberano de miel primitiva, nirvana
desnudo, ansiedad religiosa. Una última disertación, dialéctica, dualidad semántica y el albedrío
sería...
A prisa comenzaría Orlando Andrade. Con rabiosa ligereza, la del inspirado, la del que ya sabe como
hacer lo precisado. Trataría su obra de un país precioso, completo, de sus eternos bosques que se
vu...
De la pistola surgió un aroma gris que representaba el fin de los tiempos, el apocalipsis, los
jinetes. Se apoderó de la habitación el silencio y de mí tomó posesión el miedo. No necesité
reflexionar ...
Que te quiero nene. Si no te lo digo es por miedo. Llevo rato queriéndote. Y voy a extrañarte
terriblemente. Tú aquí vas a estar, con ella, en el invierno, abrigándose los dos mutuamente. Yo
allá, no ...
Qué necias maneras tenía Don Sergio. Un escozor recalcitrante le cubría el cuerpo si el retrato de
su vieja muerta no estaba chueco. Y chuscamente pisoteaba con rabia, en el punto donde figuraba más
c...
Mi mano derecha se llama Asunción Voltaire. En el ramerío de venas, músculos, huesos y lineas de
vida que me obligan a no dudar en decir, esto es una mano, mi mano, se codifica milagrosamente un
alma ...
Mientras invierno se decía en voz baja en las calles por temor del mismo que todo lo regía, en el
bar nos quemaban la música, el alcohol y la baraja. Gente blanca que se divertía tirando la vida,
pe...
Va solita, porque solita queda en la pradera y en todo el universo, la chamaquita que otrora le
llamaran altanera. Balbucea por ocio unas palabras que riman en su cabeza con lluvia y otras con
mañana....
Las necias María Aurora y Leticia, profanaban el recinto de la abuela Doña Martha, con sus gritos
mujeriles y niñadas. No cabía el mudo Sánchez en la discusión familiar, por mudo, ni le importaba.
En ...
No fue necesaria la cordura, ahí estaba de nuevo la alacena, inevitable, severa. Tantas veces que me
había aterrado su maligna presencia, sus copitas, sus jarrones y sus platos. Precediendo a cada
tra...
A los abuelos vascos les encanta el juego de los pelotaris... porque les traen a sus memorias viejos
pero siempre frescos recuerdos. Los abuelos vascos tienen misterios en las pupilas de sus miradas.
...
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