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Un Buen Regalo de Cumpleaños

La chica parecía triste. Estaba sentada en frente de una tarta de cumpleaños, con un gorro de fiesta. Miró a su alrededor… Estaba en un salón de una casa. Era bastante grande y la mesa en la que se situaba la chica también lo era. Los pies de la chica no le llegaban suelo y la ancha silla sobre la que se situaba tenía ornamentos variados en sus reposa manos. Tenía sus manos en los bolsillos y miraba la tarta con recelo. No había nadie allí. Una amiga la felicitó por el móvil, pero dijo que estaría demasiado ocupada como para poder ir.
Un chico apareció tras la puerta. Se acercó lentamente hasta la chica, en silencio. Una vez lo suficientemente cerca le tapó los ojos con las manos.
―¿Quién soy? ―Dijo el chico, divertido, con ganas de pasarlo bien. La chica pegó un gritito y se sonrojó bastante, ladeando la cabeza.
―N-no lo sé… ―Se quedó pensativa, sin moverse mucho. Un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo cuando intentó recordar la voz del chico ―¿Puedes hablarme… Otra vez?
―Claro que puedo. Todo lo que quieras ―Dijo el chico sonriendo ampliamente, ya que parecía que la chica comenzaba a darse cuenta de quién era.
―Mmm… ¿Nombre? ―La chica rió. No era tonta. Así acabaría de una vez por todas con aquella incomodidad que de alguna manera la mantenía fuertemente pegada a la silla.
―No, no… Así no vale… Sería hacer trampas, ¿No crees? ―El chicho rió sonrojado y esperó sin quitarle las manos de los ojos ―Vengaaaa. Inténtalo al menos, ¿Vale?
―Ya sé quién eres… Por cierto… ¿Cómo has llegado hasta aquí? ―La chica cada vez se alegraba más. Parecía increíble que un día como hoy hubiese llegado hasta donde estaba ella. A tantos kilómetros de distancia.
―Digamos… Que es un pequeño truco… O… Mucho tiempo con matemáticas y física… Que pudieron hacer posible que crease una máquina de teletransporte.
La chica se quedó perpleja por las palabras de él, pero al rato ella rió y negó.
―Eso es imposible… ―Al no encontrar respuesta del chico ella se dejó de reír e intentó saber que pensaba, pero enseguida volvió a reír― Lo dicho. Imposible.
―Cierto, cierto ―El chico también reía, al mismo tiempo que le destapaba los ojos a la chica― un viaje en avión, supongo. Aún, por suerte o por desgracia no hay máquinas de teletransporte.
La chica se dio la vuelta y le miró a los ojos. Era él. Aquel a quien tanto añoraba cada día… Al que nunca había podido ver por culpa de sus padres o por simple falta de dinero. Pero ahora al fin se habían encontrado. Ella y él… Cara a cara…
―Hola, mi amor. ¡Feliz aniversario!
Alealhdel03 de abril de 2013

2 Comentarios

  • Leonora

    Que lindo!!

    03/04/13 07:04

  • Alealhdel

    Muchas gracias :) Lo hice para el cumpleaños de mi novia ^^

    03/04/13 09:04

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