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Al Final: 2014



Al final los años pasan como baratijas en manos de urracas. Paso a paso, minuto a minuto… como ideas que se mezclan en las cabezas embotadas y no resuelven las preguntas fundamentales del ser humano. Pero, tal vez no sea el tiempo el que pasa, sino nosotros. Un año más, esperando en la puerta de lo venidero, y cual festejo de cuervos famélicos, enseguida otro año y otra década, otra vida que llega y otro cuerpo que acaba siendo pasto de los gusanos y del olvido de toda una existencia.

A veces uno escribe "cosas" por el simple hecho de abatir el paso de los años y así perdurar de alguna manera. Al final no son más que palabras con intenciones un tanto inconclusas, opiniones que valen lo mismo que la de cada cual, son actos ciertamente notables para el que teclea, pero ideas sin demasiada importancia para el que las lee, sobre todo ahora que vivimos en la sociedad de la información inmediata, insaciable y, en ocasiones, de usar y tirar.

La barca pasa pero el río queda ya que toda persona merece una mención. Los vientos hacen balancear nuestros estados de ánimo, el artificio es asesinado a base de décadas, y a fin de cuentas, permanece lo primordial: un sentimiento que le da sentido a toda una vida, a todos y cada uno de nuestros trances, a cada paso que dimos, escribimos o bebimos por motivos de egolatría, por hacer algo valioso de nuestras vidas.

Hace poco una persona me aseguraba que no gustaba de la Navidad ya que para ella era una época de plena hipocresía. Tan hipócrita como el resto del año, le dije yo, aunque a mí sí me gusten dichas fechas. Pero entiendo lo que ella me quería exponer. Tal vez no sean nuestros corazones los que hablen realmente cuando deseamos felices fiestas a nuestros vecinos, familiares y amigos. Quizás no sea la cosa más que una especie de "gesto social", por quedar bien, por no dar mucho el cante, aunque alguno llegue al año siguiente torciéndole la cara a esa persona que una semana antes saludó con efusividad. Así somos, así nos comportamos y así mal vivimos. No digo yo que la Navidad tenga un tanto por ciento de hipocresía, de artificio, de banalidad… mas esa actitud no es Navidad. "La Navidad no es un momento ni una estación, sino un estado de la mente", aseguraba Calvin Coolidge.

Así pues, hoy dejaré los lápices de estratagema en el bote impávido del pasado. Hoy imaginaré lugares con alas y no con balas, conjeturaré actos conciliadores, porque esa es la actitud que deseo otorgarle a mi mente por motivos de supervivencia y tranquilidad. Hoy abandono mi vanidad junto con mi hipocresía, mi necedad y mi mal humor para desearles un muy próspero año 2014 a todos ustedes, y también para apuntarle a esa persona que me indicó que no le gustaba la Navidad por motivos de falsedad, que no existe la Navidad ideal, sólo la Navidad que tú decidas crear como reflejo de tus valores.
Alexandervortice28 de diciembre de 2013

2 Comentarios

  • Polaris

    Feliz año para ti también.

    Pol.

    30/12/13 03:12

  • Carmelita

    Hermoso texto, felices fiestas para ti también. Un abrazo.

    31/12/13 11:12

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