Tora! Tora! Tora!
Formar un grupo de música es de esas cosas que hay que hacer al menos una vez en la vida, así como danzar sobre el fuego, ser honesto, volar en globo y almorzar muy sufridamente un par de yogures de soja. Montar una banda supone una satisfacción que le va devolviendo a uno las ganas de existir y de berrear verdades como puños, sobre todo al principio, cuando la fama es algo que no acompaña y los logros no son más que migajas que no dan de comer. De lo que va la música nos lo aclaraba el malogrado Jim Morrison: "Me gusta cualquier reacción que puedo lograr con mi música. Lo que sea que haga a la gente pensar. Me refiero a que si puedes hacer que una habitación llena de gente borracha y drogada pueda despertarse, estás haciendo algo." Creo que este es el caso del grupo Tora! Tora! Tora!, que como si de un grito kamikaze se tratara, hacer pensar, sentir, vibrar
Tora3 lo componen Sergio Vidal (guitarra y voces), Álex Simón (guitarra y efectos), Daniel Lovelle (bajo y efectos) y Santiago Rodríguez (batería y gritos), y nace en Pontevedra, con ilusión, carisma, amistad y reuniones inundadas de cerveza y encantamientos de piedra, que suele ser el mejor inicio para que las cosas funcionen, o al menos para que sean gratificantes. Su debut lo hicieron allá por el año 2010, en la Sala Karma de Pontevedra, con un estilo propio, hosco, genuino y estrepitoso, mezcla de garaje, mugre y post-punk. Así pues, no es de extrañar que su primer EP (extended play) vea la luz bajo el título de Santa Muerte (gravado por Roberto Mallo y mezclado por Rafael Martínez del Pozo), y que desde el mes pasado ya se pueda bajar de manera gratuita desde la web del grupo (www.tora3.bandcamp.com), algo digno de agradecer en estos tiempos de dificultades económicas. Acentos de bajo arrebatadores y alentadores, percusiones sobradamente chillonas y riffs de guitarra que se estigmatizan a costa de deformaciones son algunas de las características principales de este grupo que surge bajo la sombra de la devoción a la buena música y al estado oscuro, que es un estado en el que hay que perdurar para apreciar realmente lo bueno de las cosas bien hechas. En estos momentos el grupo continúa trabajando -como hacedores de química voltaica que son- en la composición de nuevos temas y haciendo disfrutar a todas aquellas personas que decidan asistir a sus delirantes conciertos; ojalá que el Rey Lagarto les acompañe siempre con muchos éxitos.
