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Un Poco de Desierto 11 de agosto de 2013
por ambarhelena
Lo que corría por mi cuerpo era desesperación en su estado más puro. ¿Nunca has sentido que la oscuridad te envuelve y traga con toda su inmensa profundidad?
Siempre rondando el miedo de seguir, de detenerse, de retroceder, de no ser lo que no el mundo, sino él quiere que sea. La única condición que me has puesto para amarme tal como soy es que cambie cada cosa que me hace ser quien soy.
Sin hablar, sin reír, sin conocer, encerrada en una habitación llena de mis fantasmas, desesperada, asustada.
No quiero irme, no quiero perderme, no quiero desaparecer a la vez que quiero irme, perderme y desaparecer. Todo parece tan frío, tan desolado y tan lleno de hastío desde aquí.
¿Cuál es la diferencia entre mi mundo y el de los demás? ¿Por qué la oportunidad de ser feliz me ha dado la espalda? ¿Por qué la vida abusa de su poder para hacerme pagar por cada uno de los pecados que he o no cometido?
Al final no importa: el dolor nos recuerda que seguimos en el juego y que no somos sólo espectadores de nuestra propia vida, sino que a pesar del peligro seguimos apostando el todo por el todo. A veces se pierde y a veces se gana.

1 Comentarios

Escribes muy bien, estoy verdaderamente impresionado con tu texto, no sera la ultima vez que venga por tus dominios

Pol.

13/08/13 07:08

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