Si todos los caminos llevan a Roma, ¿cómo se sale de Roma? ¿Verdaderamente queremos quedarnos allí? Quizá pensamos que estamos bien en un sitio, pero realmente no lo estamos. Aguantamos cosas que no tendríamos por que aguantar. Puede ser, que en otro lugar estuviéramos más a gusto. Podríamos expresar la mayor parte de nosotros y no nos sentiríamos menospreciados. Sin embargo, preferimos quedarnos en lo seguro sin saber lo que podemos llegar a perdernos. Nuestra libertad queda sometida por el miedo a equivocarnos. Y lo malo es que no nos damos cuenta hasta que es demasiado tarde. La verdad es que no te voy a mentir, yo tampoco he salido nunca. Por qué no, no sé cómo se sale de Roma y tampoco que hay fuera. Pero debemos aprender a valorar si quizá no es mejor salir y perder lo poco que te queda dentro teniendo el valor de salir a buscar algo mejor. No será fácil, todo conlleva un sacrificio pero piensa que eso de es mejor malo conocido que bueno por conocer es conformismo y nada más que el mismo miedo de siempre.
