Dos amantes caminando un sendero vacío ni tan siquiera piedras, sólo Distancia y Olvido en la mochila portan. De la mano andan y conforme avanzan la soledad les embarga, esa emoción tanto tiempo olvidada. Sin temor en los ojos directamente la encaran y sobran las palabras. No hay dudas ni temores en esas pupilas dilatadas y brillantes que aún sin mirarse se entienden.
Avanza el camino y no parecen llegar a su destino. Amor hace su aparición junto con Dolor. Los amantes no se sorprenden y tiernamente acarician al niño que baila a su alrededor ignorando a sus acompañantes que bajando mustia la cabeza recogen al alegre infante marchándose de allí.
En su caminar la mochila pesa pero ya no perciben los lamentos de los seres que en ellos moran. Cansados se duermen en el árbol que una vez ya les dio cobijo. Con el primer rayo de sol despertaron para proseguir el camino del que apartados se hallaban. A lo lejos vislumbran el final de su trayecto, mirándose emocionados comienzan a caminar más ligeros. Los miedos atrás quedaron, su peso en nada queda y cogidos de la mano con gran sonrisa en los labios traspasan la línea trazada que indica el final del sendero.
tu relato es muy bonito, debo decir que cada una de tus palabras se dibujaron en mi mente, como una película corta.
en lo particular, disfruto con los relatos que muestran el sentimiento humano en su máximo esplendor. me gustó tu texto.
saludos!!