Como la mariposa negra
que vuela alegre
hacia el negro jardín de la muerte,
el labio pálido se une a la otra mitad vencida.
Como la gaviota que se hunde en el horizonte,
y reposa luego,
en la verde cresta de una ola verde.
Como un soplo de viento que me parte en dos.
Como un amor sereno
que nunca olvida cuando levanta el vuelo un sentimiento.
Como la pregunta que busca la respuesta,
sin saber donde.
Como el silencio que ensordece,
que deja una huella dentro,
al comenzar a gritar lo que muere,
lo que vive,
lo que ama,
el que siente.
Por las laderas de la serenidad
me dirijo hacia la otra parte del mundo distinto,
allí donde cada uno ve lo que quiere,
allí donde la realidad es un sueño,
un sueño dulce y amargo,
un sueño lento y espeso.
Allí donde las flores son solo de un color,
todas iguales para no envidiarse,
donde la hierba crece hacia lo impreciso
y los árboles solo conocen el otoño.
Como el mar que se derrama sobre sí,
buscando el cobijo de la inmensidad.
Como el amor que se pierde,
por que se diluye en su grandeza.
Como el calor de un cuerpo muerto.
Como el ocaso que arrastra el horizonte,
hasta cubrirlo todo de negro,
todo de blanco,
del color que quieran ver tus ojos.
17/08/11 12:08
Artalia, me he pasado para ver si por casualidad tenías publicado este hermoso poema que con tanta emoción me has recitado y con la misma emoción lo he recibido.
He vendido a llevármelo para guardármelo en lo más profundo de mi corazón.
Te abrazo Artalia.
18/08/11 02:08
Allí donde las flores son solo de un color,
todas iguales para no envidiarse,
donde la hierba crece hacia lo impreciso
y los árboles solo conocen el otoño.
Artalia
Este poema es hermoso, muy hermoso. Nunca dejes de escribir. Tienes sensibilidad, delicadeza, y la magia del lirismo en tus venas.
Un gran abrazo.
24/08/11 09:08
