Antonin:
Las convulsiones de la vida
Ocupan al poeta negro.
(Junto al seno de doncella que lo obsesiona)
Mientras jaurías rabiosas de corderos
(Duros corazones de vinagre,
Que no arden en preguntas)
Se abalanzan contra el lobo enamorado
Que simplemente le canta a la luna.
Es un poema genial Ateo.
Con cuanto amor nos hablas del Lobo.
Por ahí había un refrán popular que decía que de las aguas mansas nos libren.
Pues eso.