Ódiame, vamos. Hazlo tan fuerte que te duela. Conviérteme en alguien tan importante para ti que no puedas vivir sin pensar un instante en cómo joderme. Corre, taládrame con la mirada cuando pase con la cabeza alzada por delante tuya. Adoro ver cómo la envidia te consume.
Habla, que tus palabras son melodía para mi EGO.
Me alimento de cada rumor que sueltas, para volver transformado en dulce pesadilla y devolverte cada hostia con sonrisas. Calmado y sin prisa, que sé que eso te corroe. Quizá ahora que lees todo esto pongas más empeño en esta batalla que has decidido librar contra mi, pero sabes? ni tú ni tu ejército podrá con mi ORGULLO.