¡Qué me trague sin besos!
Sin preámbulos ni rodeos.
Piel desnuda
sobre carne y huesos.
Que el desliz por su garganta
sea ligero, casi sin pausas.
Que me trague su pasión
y me abrigue tu torrente.
Que me aferre a sus venas
y me pierda para siempre.
¡Qué no quiero besos, que no!
Caro:
Amiga del alma, cuanta pasión se desprende de este verso. Pides que te trague de un solo bocado sin masticar. Me encanta la fuerza que emana y hasta mi piel felina de ha erizado.
Un gusto enorme leerte.
Serge.