Para mantener a una mujer que se hace la difícil hay que dejarla,
hay que perseguirla, acorralarla, hay que soltarla,
hay que ser una extraña y quien más le conozca,
hay que darle su espacio, hay que ignorarla de vez en cuando,
hay que evitar aquellas mariconadas de los mensajes de buenos días,
hay que ser seguro de uno mismo o le darás asco con tus inseguridades superficiales,
hay que ser intelectual y no aburrida,
hay que ser guapa y arrogante porque fea y titubeante no les vas a servir para nada,
hay que preferirla a ella de manera especial antes que a las demás,
hay que darle libertad:
libertad de irse, de volver,
libertad de quererte,
libertad de odiarte,
libertad de abofetearte y después besarte.