Y de repente entras, era algo que antes no habías experimentado.
Pero aquí estás, instalando una aplicación en la que esperas encontrar a alguien con quien conversar,conocer, y ver si surge algo más entre medias.
Revisas las fotografías de los candidatos:vacaciones en la costa, buceo (y si puede ser en el Caribe muchísimo mejor); hay otros más descarados que salen en paños menores "incitando" a la lujuria, otros que posan junto a sus mascotas y en ese momento te das cuenta de que quien te enamorarías sería de su perro.
A continuación, te paras a leer sus perfiles. Este punto es clave para que el candidato muestre sus habilidades. Revisamos de manera exhaustiva y nos topamos con una extensa descripción donde nos muestran que son estupendos oradores, cocineros, cinéfilos, deportistas y que les encanta viajar. Hasta aquí todo correcto.Pero esto no ha acabado, ahora dan paso a describir su pareja ideal: alguien para compartir viajes, películas, aventuras en el Himalaya, pero sobre todo, que sean atrevidas y les guste disfrutar en todos los ámbitos.
Después de asustarte con semejantes descripciones, procedes al siguiente paso que es entablar conversaciones. Pasan de ser grandes oradores a conversaciones escuetas y sin mucha emoción, para pedirte tu número de teléfono por si acaso algún día se acuerdan de ti en uno de sus ratos libres.
Pero no todo va a ser malo, dentro de este abanico de posibilidades encuentras personas con las que consigues una buena amistad , otras con las que llegas a tener buen feeling, y algún que otro casanova. Pero eh, nada de venirse abajo, que hay más usuarios, y sino volveremos a ligar en los bares como en antaño.
Ay, si Shakespeare nos viera en estos tiempos, se quedaría atónito al ver que ya nadie quiere ser como Romeo y Julieta.