Yo soy agua y tú
eres fuego, quizá
por eso los dos sólo
con mirarnos a los
ojos nos encendemos.
Yo temo a todo,
y tú has aprendido
a vivir con el miedo;
y puede que sea por eso
que de tu valor yo
me alimento y de ti
saco las fuerzas para
no salir huyendo.
Tú entras y sales y
yo siempre aquí te espero,
sabes que soy tu guarida,
el reposo del guerrero,
quien te quiere sin medida,
la que se queda velando
y ansiando tu regreso.
Tú entras y sales y
yo siempre aquí te espero,
sabes que soy tu guarida,
el reposo del guerrero,
quien te quiere sin medida,
la que se queda velando
y ansiando tu regreso.