No quiero decir
tu nombre,
no deseo
manchar mis labios
ni herir mis oídos
con unos sonidos
que aborrezco.
He de borrar
tu estela
y emprender
una nueva
marcha,
mirando hacia
el futuro, con los
ojos puestos
en el lejano horizonte.
He borrado
tus huellas
de mi piel,
he lavado
tus besos y
he olvidado
tus ansias.
Nada queda entonces.
Te doy permiso
para que eleves tus alas
y vueles alto,
a lo lejos, al
infinito y más allá.
Hazte una casa
con mi ausencia
y decórala
con mi sonrisa.
Pero no vuelvas
para darme la llave,
porque me habré
ido a otro tiempo,
a otro mundo;
me habré llevado
el aire y la brisa,
y sólo te dejo, en
un rincón, mi
corazón desnudo
Beth:
Hermoso amiga de la mirada, me hare una casa en un arbol y la decoraré con tu sonrisa.
Un gusto leerte.
Sergio.