Me alimento,amor, de tu voz
y me recreo en tus palabras
y te escucho una y otra vez,
hasta que noto que
me crecen alas.
Unas alas que cada noche,
cuando te sueño, hasta
ti me llevan, y estés
donde estés, mi amor,
me hacen sentir que
eres mi dueño.
Mi dueño, mi dios, mi
tormento y mi agonía,
pero también mi eterno amor,
el que despierta mi alma
cada día
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