Hoy he vuelto a la vida
Después de la muerte,
El establo de la indiferencia
Ha quedado aislado
Su espiritualidad enmarañada
Y los sentimientos
Que alguna vez fueron,
Perdidos en lo indómito
Del despertar de la pubertad.
Las sinfonías hermosas
Sólo suenan en los oídos
De los sordos ausentes.