Lejano, casi remoto,
suena al fondo un murmullo de agua
para aquellos ojos que no logran ver nada.
Es triste alzarse sin gusto en los labios
y con sed en la garganta.
Amargo el pozo que se seca
y la ola sin espuma blanca.
Que la vida es una lo sabemos todos,
que la muerte llega siempre,
no sorprende, asusta.
Mil mareas y mil corrientes
en mi pecho lágrima y en mi vientre entraña,
arañan, enmudecen y pervierten.
Sin voz en la cara ni ojos en el alma
los de siempre gritan, insultan y mienten,
cosechan nombres para recoger intereses.
Cuando se hallaba el mundo en el vértice,
la brisa se hizo viento y el viento tempestad,
y el remordimiento precipicio y vértigo la humildad,
...la guerra suena a salvación cuando los gritos
son una sola voz.
Dejemos en paz la vida
ya que hagamos lo que hagamos,
seremos enterrados.