He vuelto a creer que ese era mi hogar,
El que siempre me abría sus puertas, cálido
Que me invitaba para poder pasar
El que, con sólo su suelo pisar, me levantaba el ánimo
He vuelto a pensar que entre sus muros,
Calientes y palpitantes
Se hallaba la solución a esos murmullos,
Ahogándolos con sus colores excitantes...
Que al abrirme sus puertas
Y sumergirme en la más oscura intimidad...
Podría sentirme completa
Y juntas crecer con cada palpitar
Pero me equivoqué, para variar:
No era mi hogar, no era mi cálida morada
Estaba de paso, era un mero transitar
Que me hacía estar enganchada
Ahora, toco segura mi bienestar,
que entre mis piernas se encuentra
Que entre mi carne y mi sangre vibra sin cesar
Y me dice, mientras estoy muy quieta:
"No has de buscar nada más allá,
Mira dentro tuyo:
Este siempre será tu hogar
Y has de cuidarlo con orgullo
En los demás estás de paso, disfrutando
Pero lo que tienes dentro siempre te pertenecerá.
Y quizás, aceptando esta dulce verdad, puedas vivir en otro hogar".