Una ConversaciÓn que En
Principio Era Sin Importancia
Estabamos a solas un amigo mio y yo, pero como hay confianza puso el manos libres. El de "otro lado" era un amigo de la infancia de mi amigo de la no infancia (los dos nos conocimos a partir de los 30). Por lo que parecía llevaban tiempo sin hablarse y empezaron a contarse como les iba la vida. El hecho de que alguien te llame después de tanto tiempo, no significa que se haya acordado de tí para bien. Mi amigo es un funcionario mileurista, o sea medianamente bien posicionado para los tiempos que vivimos. No puede vivir solo de las rentas, pero por lo menos tiene trabajo. El del otro lado, estaba licenciado en no se qué, se acababa de comprar un chalet y su todoterreno subía cuestas con una inclinación de un 15% incluso en terreno mojado. Para dar la puntilla su chica tenía las tetas recién operadas. LE ESTABA RESTREGANDO COMO EL MUNDO GIRABA A SU ALREDEDOR solo por dar por el culo. Ultimamente yo no sabía lo que significaba la palabra "indignación" en singular, solo en plural y llegué a sentirme un poco indignado. Pero mientras el otro hablaba y hablaba intercambiábamos miradas (mi amigo y yo). Hubo un momento en que lo entendimos todo y tuvimos que sofocar nuestras carcajadas, para nada sardónicas, por no herir la sensibilidad del super hombre. Creo que llegado un punto llegamos a pensar lo mismo. Tienes una carerra, un chalet, un todoterreno y una chica siliconada. Yo tengo un amigo que me entiende, una casita en la que NUNCA pasaré frio aunque no tenga chimenea, el coche ya pagado y seguro que me la casco pensando que me tiro a tu chica de la manera que nunca te la vas a tirar tú. Ahora pienso lo que no tengo...lo que no tengo es por qué llamarte por teléfono para restregártelo.
