En la casa de al lado (que ya no la es), vivía una pareja de ancianos seguramente felices de haber transcurrido su vida juntos. Un día ella decide ser mortal y el cae en una depresión. Ahora, ella vive en la eternidad, y el viejo pianista que solía endulzar mis oídos con melodías que nunca supo que las escuché, cae en la depresión, y decide cambiar su entorno, su casa, su barrio, como si eso pudiera calmar las penas del alma. Vendió su casa, abandonó el nido...
Ahora esa casa es un local de muebles rústicos muy bellos, que sirven para llenar el paisaje de las casas pero no alimentan las falencias del alma...Al dueño de la mueblería feliz se lo ve, y al viejo pianista también se lo suele ver detenido en su auto frente a la muebleria con ojos que miran un pasado que ya no va a encontrar, porque el mundo siguió girando... (historia del vecino de al lado).
