Cada verano, cada año que volvía a ese pequeño pueblo para las fiestas, allí estaba el, tan alto, moreno, su cara parecía aparentar 17 años pero no era así yo sabía que por lo menos tendría 24 y así era, yo aun no sabía que después de verlo tantas veces, de tan solo contemplarlo, aquella noche sería distinta, pues nuestras miradas se cruzaron y me di cuenta que siempre me había visto como una niña, puede que ni siquiera se hubiese fijado en mi, pero aquel verano ya tenía 19 y aunque seguía siendo una niña, mi cuerpo ya era el de una mujer.
Por su mirada parecía que le gustaba lo que veía y la mía, supongo que intente como pude controlarme.
Pensé que podría pasar si me acercaba? Podría ser un desastre, pero sus ojos me decían que me acercara y así lo hice fui hasta el y intentando no tartamudear no quedarme en blanco tan quieta como si de una maquina se tratase y me hubiesen desconectado, le dije.
-hola.
Puse una sonrisa picarona.
- hola, dijo el.
Se hizo el silencio y aun que solo fueran unos segundos para mi fueron eternos, no sabia si retirarme, si esperar o añadir algo más a mi simple hola entonces dijo.
-Creía que no te interesaba, llevo toda la noche mirándote y no parecías haber reparado en que yo estaba aquí.
Claro que era eso lo que parecía tampoco voy a mirarlo con cara de boba y que me vea, llevaba observándolo desde hacía años no solo aquella noche, pero el no sabía cuanto había esperado yo, y, claro, yo no se lo iba a contar.
Me invitó a una copa y cuando hubo que pagar sin dudarlo pagué yo.
-No!! Me dijo.
-Yo te invito.
No entiendo el motivo de porque los hombres quieren pagar siempre.
Entonces le dije
-No, yo también puedo hacerlo.
Fue una noche increíble, hablarnos de miles de cosas incluso bailamos, fue una noche de ensueño, la siguiente noche volví de fiesta a ese pueblo y volví a verlo, esta vez esperé que fuera el quien se acercara y así lo hizo. Desde entonces empezamos una historia increíble, no había sentido nunca lo que sentía por el, me hacia reír, y cuando me hacia llorar solo era el quien podía calmarme, el sexo era el mejor de mi vida pues siempre se ha dicho que con amor el sexo sabe mejor, y así era,aunque por bonito que fuera, lo bueno, por lo visto, siempre desaparece, y aquí estoy escribiendo estas lineas, después de 5 años juntos, de ser un hombre fantástico y de convertirme en una mujer a su lado, solo puedo decir gracias, gracias por esos momentos que me diste, porque aunque hoy ya no formes parte de mi vida siempre lo harás de mi corazón.
