Palabras se lleva el viento.
O está escrita, o no está dicha,
aunque para su desdicha
tampoco importa un pimiento
Si dichas en el momento
para poder mover ficha...
enseguida está entredicha...
¡Mejor evitar el cuento!
No somos hombres de cartas
e ignoramos la elocuencia.
Oímos, de mentiras sartas
vacías de inteligencia
y al final con ellas te hartas
por su descaro e indecencia.
Existe ahora arma nueva
bautizada hemeroteca.
Evoca una biblioteca
que hasta en un móvil se lleva.
Es harto extensa y longeva
pesa como una hipoteca
y dada su filmoteca...
un gran rédito conlleva
Y es que "Donde dije digo,
digo Diego" ya es tan normal
que traicionar a un amigo
ya no te convierte en chacal
ni es objeto de castigo
pues hoy lealtad, no es aval.
Demagogia y retórica
para así crear una ilusión
envuelta en argumentación
toda ficticia y teórica.
Política alegórica
hasta forzar la sinrazón
sin importar confrontación
que puede ser histórica.
Añoranza de diálogo
aunque con dura franqueza
evitando un decálogo
mostrando cierta nobleza
forzando un modo análogo
señal de unión sin tibieza.