Octubre
se derrota,
ante
la prisa
del temporal,
empujando
montañas,
sin dejar
la brisa pasar.
Vestidas
de marrón,
caen hojas
al azar
deteniendo mi paso,
invitandome
a respirar,
sintiendo el frío
en mis manos,
imaginando
a donde irán,
Vuelan
a veces
despacio
y a veces,
el suelo,
las
deja reposar
Siendo
infinito
su tiempo,
yo,
las rescato,
y
acomodandolas,
en mis bolsillos
delicados,
Me permito
entonces,
continuar.