Las ganas de cambiar huyeron, dejando un vacío de ideas y de sueños
Huyo de mis pensamientos y la tristeza me hace compañía
Cuando huyo de la sinceridad de mis sentimientos
Como hoy, huyo de la soledad cuando me acribilla
Como también huyo de mis actos irrisorios y patéticos
Huyo de mi cara demacrada, horrenda y sombría
Como huyo del cálido calor en los fríos inviernos
Huyo y sin agachar la cabeza ni decir lo siento
Me arrodillo e imploro devota piedad por mi vida
Y contradiciéndome, combato el aburrimiento
deseando la muerte como una fruta prohibida.