He debido desandar lo ya vivido
para llegar a ti, mi amor,
desnuda de rencor, vestida de olvido.
Volver, vacilante, sobre mis pasos
a ese cruce del camino adolescente
donde erré mi suerte en día aciago.
Y allí elegir sendero nuevamente,
las riendas del destino retomando,
redimiendo mi pasado en presente.
Pintar de arco iris mi alborada
borrando esas sombras aún dolientes,
sembrando horizontes de esperanza.
Y así llegar a ti renaciente, renovada,
con hambre de hombre y ternura inocente,
valiente cual vestal enamorada.
Cortadas mis cadenas llego a ti liberada:
he renunciado a todo por no renunciar a nada.
Un poema rescatado de entre mis recuerdos ...