TusTextos

Libertad -parte Ii (de Ii)

Alejándose de la barra, Rita dijo sutilmente… “Peete, un martini… y lo que desee el caballero…” “Whisky… solo… con hielo.” El camarero frunció el ceño, en evidente gesto de rechazo… ya era tarde y quería cerrar. La pareja se acomodó en uno de los butacones próximos al escenario.

Los músicos tomaban la última en la barra. Reían y bromeaban sobre temas variados, mujeres, músicos, estilos, anécdotas… Y al fondo de la sala observaban a la pareja. Rita charlaba amistosamente con su nuevo amigo… algo realmente normal en ella. Pero un brillo inusual iluminaba sus ojos.

“¿De que encargo me hablas?” Preguntó, casi sin musitar palabra alguna, sus labios se movían hipnóticamente y su mirada hablaba por ella… Él dio un sorbo a su Whisky y miró al techo mientras se recostaba en el butacón. “Debía zanjar una cuenta pendiente… y podría vivir… simplemente vivir.” Al cabo de unos segundos, continuó, “Sabes que lo hice por ti…ese despreciable ser acabaría matándote…” La conversación tomó un rumbo inesperado… Sobresaltada miró instintivamente a la barra… por suerte, pensó, todos seguían bebiendo y riendo. El fugitivo proseguía con su oratoria “Matándote… y matándome… nunca nos perdonó… Por otro lado, es totalmente comprensible… su amante y su ‘chico de confianza’ se fueron con su dinero”. Rita se aproximó más. Ahora sus cuerpos estaban unidos como la tela que formaba la gabardina del fugitivo. “Supongo que no habrá querido oírte, Louis…”, lo miraba fijamente. “Me tendió una trampa… Incluso la policía, la policía que él había comprado, me esperaba en la puerta… al salir presuntamente libre.” Rita, con su silencio, pareció sugerir que continuara con su relato… Dio una profunda calada a su cigarro y afirmó: “Debemos irnos… cuanto antes.” “Creí que me decías que les habías dado esquinazo…” “¿Tan tonto le crees? ¿Acaso piensas que me dejaría ir así? No quería el dinero, te quería a ti.” Lo miraba asustada, en realidad, miraba a todas partes… estaba nerviosa. “¿Acaso no le devolviste el dinero?” “Hasta el último céntimo… Pero no le devolví lo que más quería… su orgullo. Y por consiguiente, a ti...” Se hizo el silencio de repente, la sala volvió a ser iluminada… esta vez no por las luces artificiales del antro, sino por los destellos de las balas al salir de su madriguera… Una docena de hombres entraron de improviso en el recinto, comenzando a disparar… todo cuanto se movía dejo de hacerlo para ser tan inerte como los taburetes y la barra del bar. En un rápido gesto agarró a Rita y se escabulleron tras los butacones… Rita estaba paralizada… su vista alcanzaba a ver a unos de sus músicos, que se sacudía por un disparo en la yugular… se desangraba… Bruscamente volvió a la sala, al sentir un tirón en su brazo. Cuando lo miró, vio que Louis ya tenía cargada su arma… “No te muevas de aquí…” susurró. Agarró un trozo de cristal que salió despedido de la vidriera de la barra y contempló el número de visitantes, nada amables, pensó. Pudo contar siete… le faltaban cinco, pues vio entrar a doce. Se puso en pie… y caminó hacia el escenario, a escasos pasos de donde se encontraba… “Supongo que me querréis vivo…” Las balas llovían y salto tras la barra... “Suponía mal… Joder.” Alcanzó a ver la pierna de uno de los 'visitantes' y disparó a la rodilla… Un agónico grito apuntó que había dado en el blanco.

“Me queréis a mi… dejadle.” La voz de Rita sonó rota. Los disparos cesaron… Louis seguía oculto tras la barra y en silencio… un silencio de dolor.
Uno de los 'visitantes' hizo un gesto con la cabeza y dos de sus compinches se aproximaron a Rita y la sacaron fuera del local. Salieron escoltados por otros tres de sus compañeros… por tanto en el local solo quedaban el que parecía líder del grupo y otro más…
“Sal… no te mataremos aquí… el jefe agradecerá matarte con sus propias manos.” El tono chirriante de la voz del ‘visitante’ la hizo sonar, a su vez, burlona. Louis dejó su escondite tras la barra y se puso en pie. A medida que lo hacía se percató de que el visitante numero uno, así bautizó al líder del grupo, lo esperaba con la puerta tras su espalda. El otro se colocó junto a la puerta. Una sonrisa maliciosa retumbó en sus oídos, el matón se jactaba de su suerte… recibiría una suculenta recompensa por entregarle vivo. En ese momento Louis alcanzó con sus pasos el cuerpo de este. El individuo alargó su brazo para agarrar su homónimo en el cuerpo de Louis… pero con un rápido gesto, apartó el brazo y sacando el arma desde su escondite, bien sujeta en su espalda, bajo el pantalón, asestó varios disparos a bocajarro al visitante… Al intentar reaccionar, hasta aquel entonces el mero espectador de la puerta, este sólo pudo sacar el arma, recibiendo como recompensa un disparo en el pecho. Louis respiró aliviado, pero su corazón se encogió, al salir por la puerta del local. Bajo la luz de la luna mortecina, por el amanecer, contempló al final de la calle, como Rita estaba postrada a los pies de aquel tirano. Vio como sacaba la mano desde su espalda… acompaño el movimiento del brazo hasta ver el enorme reloj de oro blanco incrustado de diamantes… y su revolver, hambriento de sangre… El estruendoso disparo sonó al amanecer como el canto de sirena en el muelle e hizo volar a la bandada de pájaros más madrugadora. La sangre le hervía, ver a Rita inerte en el suelo era su peor castigo… Su gabardina flotaba en el aire, la brisa fresca de la mañana le golpeaba en el rostro mientras corría encolerizado hacia el tumulto… hacia Rita. Mientras daba grandes zancadas, veloces zancadas, sacó su mágnum y comenzó a disparar… Tres de los ‘visitantes’ cayeron abatidos por los disparos, pero dos de ellos reaccionaron a tiempo, escapando así a las balas. Tyren, el ser que acabó de un balazo con sus ilusiones… su vida, continuaba en pie, observando atentamente el cauce que habían tomado las cosas. Louis disparó a uno de los ‘visitantes’ y lo alcanzó en un brazo… pero Louis percibió violentamente la vida del color de la sangre… un disparo le alcanzó muy cerca del estomago… entrando por un costado. Hincó la rodilla en el mojado asfalto. Con la mano izquierda, junto a su revolver, se apoyaba en él… y con la mano derecha taponaba el orificio, evitando perder, en la medida de lo posible, demasiada sangre. La risotada de Tyren le hirió en lo más profundo de su ser, pensó que ahora la herida no le dolía tanto. La vista se le nublaba por momentos… todo le daba vueltas, pese a su intención, perdía sangre en demasía. A duras penas alcanzaba a ver como Tyren se acercaba lentamente… lo veía como bailando; su imagen se movía de un lado a otro, como bailan los cuerpos vistos a través de las llamas y el humo de una pequeña hoguera.
“Es irónico… hoy acudiste a mi, buscando la libertad, según me decías.” Tyren hablaba orgulloso, su voz era grave, haciendo justicia a su físico… “Lo es, porque te la quería negar… pero definitivamente yo te la daré.” Terminando de decir esto, Tyren preparo su arma… “Hazlo, pues lo que me hacia sentir libre yace en el áspero asfalto de la ciudad que oprimía mi libertad…” Louis escupía con sus palabras la poca vida que le quedaba. Y apretando el gatillo, Tyren otorgó a su victima lo que tanto ansiaba.

“Uno nunca es libre… hasta que muere.”
Danifitipaldi14 de enero de 2008

2 Comentarios

  • Wass

    Realidad... ironía...
    Magnífico

    15/01/08 01:01

  • Crimenomilagro

    Amor, traición y violencia: tres temas que, literaturizados, siempre me fascinan. Excelente relato, Dani.

    18/01/08 12:01

Más de Danifitipaldi

Chat