El árbol de Los Ahorcados
Hace mucho tiempo, en un próspero reino, vivían un anciano rey y su ambicioso hijo. El rey, amado por cuantos le rodeaban y admirado por quienes le obedecían, reinaba con sabiduría y justicia. Pero su hijo ansiaba el poder por encima de todo. Una noche, el príncipe dejó caer unas gotas de veneno en el vino de su padre. Después de aquello el rey cayó gravemente enfermo y llegó a tal punto que fue incapaz de gobernar, ya que permanecía postrado en su cama día y noche. Aprovechando esta situación, su hijo se puso al mando, asegurando que al rey le quedaba poco tiempo.
Y el reino se sumió en un terrible caos. El rey comenzó castigando a los ladrones y asesinos con la horca, pero acabó celebrando una ejecución cada semana, criminal o no. Colgaba a los ciudadanos de las ramas de un inmenso árbol que sobresalía del bosque, pues le divertía observar los cadáveres desde su castillo. El bosque se volvió oscuro, como el reino, y era odiado por todos, como el rey. Cuando éste se quedó sin ramas en las que colgar a sus vasallos, empezó a sepultarles vivos bajo tierra a los pies de cada árbol del bosque hasta que las alimañas o la falta de aire acababan con sus vidas.
Pero pronto la gente que no había muerto ni huido aún, comenzó a tramar un plan. Cuando llegaron las primeras noticias de que el antiguo rey había muerto, los ciudadanos perdieron el respeto por el reino, capturaron a l rey y quemaron la ciudad. Abandonaron a su soberano a los pies del árbol de los ahorcados, pero al tratar d salir del bosque, se perdieron. Tras unos días sin comer, todos murieron.
Cuenta la leyenda que el rey no murió, sino que recorrió el bosque durante la noche, sepultando bajo los árboles a todos los cadáveres que se encontraba. Y se dice que, aún hoy, todo aquel que entra se pierde y permanece allí encerrado, escuchando tan solo los gritos del pueblo fantasma, hasta que cae la noche y la sombra del rey se cierne sobre él para ofrecerle una tumba allí, en su reino de dolor y muerte. Y al salir el sol, el rey vuelve cansado a su castillo negro y retorcido, el Árbol de los Ahorcados.
