TusTextos

Crónicas de mi Vida.(cap. 5)

PESADILLAS PREMONITORIAS

Las imágenes se diluían según trascurrían los segundos, si no fuera por eso no me habría dado cuenta de que el tiempo pasaba. Mi padre, la casa blanca, Fred, Stephanie, nuestro mayordomo y consejero Charlie, Washington, mi ciudad, mi gente, mi vida…
Todos mis sueños se estaban cumpliendo, estaba llegando a la meta, me alegro de haber sacado toda la valentía y la esperanza de donde no la tuve y, por una vez en la vida, me alegro de ser cómo soy, tan espontanea como siempre, ese defecto que tanta rabia me daba ahora era una de las pocas cosas que me estaba ayudando, sin esa “propiedad” por así decirlo me había dado el valor de huir cuando era necesario, en el hospital, delante de mi “madre”, cuando vi a Rox…
Me siento orgullosa de todo lo que he vivido y sentido en estos últimos meses, y me siento orgullosa de mi misma.

Ese revoltijo de imágenes se volvió gris, y de repente noté que me balanceaba, mi mente dejó de percibir esos pensamientos. Noté cómo algo frio y húmedo rozaba mi palida piel, caí rodando por una superficie rugosa y al fin la tempestad hizo que me precipitara al mar.
Me sentí incapacitada, no me podía mover, era como si me anudaran de pies y manos.
No podía respirar, me faltaba el aire, notaba diminutos seres rozar con mi piel acuosa y una voz extraña que me llamaba. Era áspera y no se entendía bien. Por fin pude abrir los ojos y descubrí a aquel viejo hombre que se hallaba en el fondo, a unos metros de mí, me acerqué a él y pude ver como su piel tomaba un color azulado.

De repente una mano me rozó la cara, mis ojos se abrieron instantáneamente y vi que aquel anciano aun se encontraba en la barca, el cielo estaba encapotado, pero gracias a dios no había tormenta. Me incorporé y sonreí, el hombre me puso una cara algo afligida y hizo que desapareciera esa sonrisa que irradiaba felicidad.

-Tenemos que parar en un sitio seguro, muchacha, si no puede ser que no salgamos de esta.
-¿A qué se refiere? –me quedé perpleja.
-Se avecina una gran tormenta,- no podía ser, ¿me estaba diciendo que mi pesadilla iba a tomar vida? – si no paramos dudo que salgamos con vida, es de las peores que he visto, y esta vieja barca ya no está para esos trotes, su madera está malgastada y una tormenta como esta puede hacer que se despedace y nos caigamos al agua.
-¿Dónde está el trozo de tierra más cercano?
-a cinco millas marinas.-y encima ahora me habla en otro idioma
-¿en kilómetros?
-10 kilómetros, pero hay un problema, esta vieja barca va a menos de 2 kilómetros por hora…
bienvenida al mundo marino, muchacha.

Genial, vamos, que nos pilla de pleno. Eso quiere decir que no saldremos vivos y que esta guerra no cesará hasta que mi padre no se canse, y mi padre puede llegar a ser muy cabezón.

-y… ¿cuánto falta para que llegue la tormenta?
-no nos da tiempo a ponernos a salvo, nos pillará de todos modos.
-No soy idiota, eso lo sé, cualquier persona con menos inteligencia que la de un bebe lo sabría, no me tomes por tonta…
-valla con la muchacha, ahora está de mal humor.
-Déjame en paz, vamos a morir en cualquier momento y no me apetece que lo último que haga sea discutir.-me ponía nerviosa.
- Valla, valla, si que eres pesimista.
-No se llama pesimismo, si no realismo… y me vuelvo a dormir, quiero una muerte lo menos dolorosa posible, y así solo me despertaré cuando me falte el aire.

Mis sueños otra vez se tiraban por la borda, menos mal que pronto iba a dejar de sufrir. Veía mi vida girar tan rápido que ya ni me daba cuenta de mis errores, solo los buenos momentos me venían a la mente, y es verdad eso que dicen de que “no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes”, pues ahora que iba a perder mi vida me daba cuenta de todo lo que dejaba atrás, de todo lo que desperdicié, de todo lo que no me dio tiempo a vivir…
¿Pasar mis últimas horas de vida durmiendo? No me parecía la opción más adecuada, pero ¿Qué otra cosa podía hacer? Todo lo que había a mí alrededor era agua y más agua. Imposible pasar mis dos últimas horas haciendo algo de provecho.
Sentía como mi sueño se hacía realidad, unos tronantes ruidos me despertaron, “Dios estaría enfadado conmigo y mi castigo era morir lo antes posible de una manera que sufriera” era la única teoría que podía tener algo de razón, las demás eran bobadas.
La barca empezó a moverse una gran sacudida de aire me azotaba a mí y al barquero. Esto ya lo he vivido antes, pero esta vez moriríamos los dos, lo sentía en mi cuerpo y también en el aire...

Continuará
Deathxlove08 de diciembre de 2008

3 Comentarios

  • Mejorana

    Con el fr?o que hace y en medio de una tormenta.
    No creo que sobrevivas ya ver?s.
    Igual te vas a vivir al fondo del mar por los siglos de los siglos.
    Felicidades por tu relato Deathx.

    08/12/08 10:12

  • Harmunah

    Oh, oh, oh. Sinceramente... ?quiero m?s! Te puedo decir, y puedes estar bien segura de que te digo la verdad: este es el mejor cap?tulo que me he le?do de esta historia. Est? bien redactado, tiene su punto de humor c?nico, nos recapitula un poco y presta atenci?n a lo que piensa y siente nuestra prota. ?Vaya! si hasta ahora hab?a calidad la has multiplicado por diez.
    e intriga, intriga, intriga... ?quiero saber qu? pasa!!! Porfa, publica pronto, o me muero yo tambi?n ;)

    Sinceramente genial, death. Me lo paso a favoritos.

    Besos.

    08/12/08 11:12

  • Danae

    Vaya, esto se pone muy emocionante!!! Muy bien, Deathxlove. Enhorabuena, de verdad.

    09/12/08 01:12

Más de Deathxlove

Chat