¡Pasión!, tu que dejas exhausta la vida,
escucha como languidecen frías he inertes,
las historias en venas abiertas,
donde el corazón justo besa el alma.
Imperturbable han de ser tus instintos,
llevando cuerpos al edén del fuego,
donde se vaporizan sueños intensos,
tempestad de abrazos llenos de caricias.
Pasión detrás de los ojos que ven,
huesos que desaparecen como polvo,
la piel se confunde en un verso sublime,
nunca antes escrito jamás.
Pasión latiendo enervados suspiros,
suspiros temblorosos no nacidos,
laberintos de locura excitando sombras,
extinguiendo cuerpos en la más absoluta levedad.