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E.m.i.l.i.a.n.o. (ii)

- Lo juro. Yo sólo soy un anciano que está muy cansado y que quiere morir en su aldea natal. Nunca pude volver a por ella como se lo prometí porque jamás triunfé ne nada; jamás conseguí ninguna meta. Cuando más lejos me iba más la meta se alejaba. el horizonte es infinito y nunca se puede alcanzar. Pasaron los años, las décadas de años acumulados que me hicieron padecer y nunca pude conseguir lo que yo le prometí poner a sus pies.

- Escucha entonces. el pasado no tiene remedio... pero debes conocerlo. América Mora Calero terminó casándose con don Simón, el cabildero mayor de Jandía, no por amor al dinero ni a los lujos (que los tuvo siempre mientras vivió) sino para olvidar sin olvidar nunca. Se casó con él haciéndole prometer que le haría ocho hijos, ocho y nada más ni menos que ocho, todos ellos tenían que ser varones. Nunca quiso tener hijas. No sé cómo lo logró a conseguir, quizás fueron los continuos baños de luna y algún sortilogio en medio del océano... pero tuvo efectivamente ocho hijos varones y los fue bautizando. Al primero lo llamó Enrique. Al segundo, Máximo. el tercero fue bautizado Ignacio. Al cuarto le puso Luis. El quinto fue Isidro. Al sexto lo nombraron Antonio, el sétimo fue Nicanor y el octavo Obdulio. !No quiso ni menos de ocho ni más de ocho!. !Ocho varones como le prometío él!. Pero nada más nacer el octavo, cuaado Don Simón se encaprichó con tener una hija, ella se negó en rotundo y él descubrió el secreto de ella. Entonces Don Simón descubrió que nunca América Mora Calero había estado enamorada de él sino de ti, siempre y absolutamente de ti.

- ¿Cómo lo llegó a descubrir?.

- Porque ella había ido grabando, en el pañuelo que tú le regalaste cuando era una quinceañera y os enamorásteis locamente y que guardaba celosamente en el desván, las iniciales de todos los nombres con que iba bautizando a sus ocho hijos. Don Simón nunca lo supo. Pero cuando nació Obdulio, el octavo, le intrigó sobremanera aquel nombre tan extraño y observó que ella subía inmediatamente al desván. Después logró encontrar el pañuelo y así supo que ella te amó siempre a ti. Entonces fue cuando apareció el cadáver de ella flotando en el Jable. Todos supimos qué había sucedido pero nadie tuvo el valor de denunciarlo. El poderoso Don Simón hizo callar a los jueces y un periodista valiente y atrevido que descubrió la prueba del pañuelo terminó también ahogado en El Jable. El pañuelo tenía tras cada inicial un punto que era sinónimo de sueño cumplido. El nombre que quedó grabado, por la eternidad, en el pañuelo era el de E.M.I.L.I.A.N.O.
Diesel01 de septiembre de 2008

6 Comentarios

  • Voltereta

    Es de imaginar que el protagonista, que vuelve del viaje, se llama Emiliano, aunque no he visto el nombre del personaje, en todo el cuento, a pesar de haberlo buscado. Muy bueno.

    Un saludo.

    01/09/08 07:09

  • Dama

    NI?o????? que me has hecho llorar con esta segunda parte del relato ....por dios que historia de amor m?s triste, pero llena de ternura, de mel?ncol?a, me ha dado en el coraz?n ...no eres Grande ..eres m?s Grande todav?a ...te admiro con todo mi ser.

    01/09/08 08:09

  • Diesel

    Si. Bueno Voltereta. la verdad es que es un cuento de ficci?n... pero s? el nombre del "prota" es Emiliano. jeje.

    01/09/08 10:09

  • Zien

    El texto brota sentimiento diesel, como siempre es un lujo leerte.

    01/09/08 10:09

  • Diesel

    Damita... tu dulzura en los comentarios es proverbial. No cambies nunca.

    01/09/08 10:09

  • Dama

    No pienso hacerlo ...jejeje..bezzzzotes

    01/09/08 11:09

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