Mirar tu vida, corazón... y verlo limpio y transitable, con la hondura de su verdad como esencia noble y transparente. Mirar tu vida, corazón... y morar en su centro epicéntrico lleno de sentir y alma.
Mirar, morar y morir en tu vida, corazón. Mirar para notarse humano, morar para habitar sincero y morir todos los días dentro de tí para sentirse todos los días vivo.