Y sola... la palabra huye por entre las sombras de la nocturna escena de un par de ojos que miran desde más allá de la otra acera. ¿Quién será?. No me detengo a averiguarlo por temor a encontrarme con un enigma indescifrable. Así que espero a que mañana la luz del sol me aclare la adivinanza de saber quién me estaba mirando con vigilia desde la otra acera esta noche. Ahora la palabra huye... sola... !buenas noches!... pero no intento descubrir quien me está saludando. Y sigo mi camino sin detenerme ante la intuición de que alguien me provoca pra cambiar mis planes. No. Cambiarlos nos. Mis palabras deben resisitir hasta mañana...
Hola Harmunah. Muchos besos para ti. Lo que en la realidad pasa es aquello que se no squeda trascendente a veces y a veces intrascendentes. No podemos abrcar todos los segundos de nuestra existencia.