Tus Ojos Hablan
Veo en tus ojos el miedo, las ganas de hablar y no hacerlo por el qué dirán, siento tus pensamientos, tus creencias limitantes de que eres menos que el resto. Sé que tienes ganas de hacerlo pero continuamente se te pasa por la cabeza la pregunta ¿es lo correcto? Te acuestas y te levantas, borrón y cuenta nueva como si nada. Pero la vida no para, el reto sigue en pie, a la espera de que decidas: sentir o pensar, temer o amar. Me gustaría gritarte que lo hagas, que siempre merece la pena aunque el resultado no te agrade, ser fiel a ti es sinónimo de ganar. Tenemos un concepto equivocado de lo que es el éxito, nos pasamos una vida buscándolo y nos perdemos en el intento.
Sé que esto va a sonar a cliché pero es mucho más fácil que todo esto. Sé que muchas veces te han dicho que no importa ni el pasado ni el futuro, que solo tenemos este instante presente. Según como lo mires es una suerte o una desgracia, no tener que preocuparte de nada, anclarte en este segundo de vida, vivir y morir al mismo tiempo, renacer como si no hubieras vivido ayer ni lo fueras a hacer mañana. Depende de nuestra locura seguir viviendo en esta trampa.
Ojalá mirarte y ver el agua cristalina en tus ojos, ver el amor que eres y que reconoces ser, sentir el amor que das sin miedo al qué dirán, percibir la incondicionalidad real, verte declararte, escuchar que no necesitas a nadie, pero de verdad. Ojalá notar el latir de tu corazón en paz, vivir con la certeza de que hiciste siempre lo que sentiste, que el miedo no fue más que una anécdota, que pudiste mirarle de frente y sonreírle en lugar de matarlo. Ojalá presenciar cómo cruzas la calle y le dices "te quiero" aunque sea sin venir a cuento, aunque sea un desconocido con el cual quizás no habrá un próximo encuentro.
Lo llamarán utopía, dirán que es muy difícil, le pondrán mil etiquetas, pero a mí nadie me quita las ganas de vivir como yo quiera. Y que no se hable de la libertad en dualidad, mi libertad no sabe a falta de respeto, a sacar provecho, a ser egoísta y lucrarte del resto. Hablo de amor real, con miedo por supuesto, somos humanos, no se trata de inmortalizarnos, si no de darnos cuenta de que hemos venido a vivir no a sobrevivir, que quizás mañana ya no estamos aquí, que tu y yo somos uno, y que te amo como me amo.
Estoy harta de las falsas palabras, de las miradas que se esconden por falta de confianza, de los dedos que señalan porque nunca miraron dentro. Estoy harta de que le den la vuelta a la tortilla con tal de no ser ejemplo de lo contrario a los que critican. Sí, también a veces estoy harta de mí, de creerme tantas mentiras de mi mente, y por eso escribo esto, porque quiero recordarme que lo que manda no se llama gobierno, ni élite, se llama corazón y es capaz de guiarte hasta la muerte.
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