Suave, dulce aroma. Que me vas meciendo delicadamente hasta levantarme del piso. Este es el lugar, este es el día en el que no volveré a abrir los ojos. Maravilloso, es como si me atrajera, como si me guiara hasta el lugar donde mueren los ardientes deseos. Dicen que eres la última en morir y es cierto. Hasta allá volare, hasta el lugar donde descansas. Ese lugar en el que a pesar de la inmundicia de los rendidos y el insoportable olor a arrepentimiento, tu fragancia prevalece.
Mis piernas ya no quieren seguir, mi respiración es pesada y torpe, pero mientras resista iré hacia donde estas.
Me pregunto cuanto más debo seguir, cuanto más debo arrastrarme hasta cumplir tu deseo. Mi deseo. Solo un poco más, solo unos minutos más de resistencia y habrá valido la pena. Me pregunto qué forma tendrás. Te presentas ante mi como una dulce fragancia, un eterno anhelo de que podre darle otra probada a esa amiga tuya llamada felicidad.
Estas aquí. Porque incluso en la más feroz de las batallas, manchada en odio y lágrimas, existes tú.
'Solo un poco más' me susurras. Esa es tu verdadera forma. Como un anhelar, el dar todo lo que se puede y presionarse para dar aún más, resistir 'solo un poco más' hasta que el mundo se destruya a si mismo o tal esfuerzo se convierta en lo que estábamos buscando. Y ahora cuando abra los ojos lo hare de manera distinta. Si, por que tú eres más que un 'Nos volveremos a encontrar', 'Todo estará bien' y el clásico 'Un día de estos' que no es más que un 'Algún día'que es una eterna procrastinación de los deseos.
Tú eres más que eso tu eres
La esperanza.
