Es algo más que extraño
lo que me causa esa mujer;
siento de todo por ella,
la quiero, la amo,
la odio, la admiro,
me decepciona,
es mi todo, y a veces simplemente
se me olvida que existe.
Es el personaje principal
de mis creaciones;
ella está en mi novela,
en mi fábula,
en mi canción y en mi poema;
ella es la villana,
la espectadora
y en ocasiones la niña buena.
Creo que me enamoré
de lo complejo de su vida,
de la capacidad que tiene
para manejar su entorno,
o de su falta de voluntad
para buscar la felicidad.
Quizás es esa facilidad
con la que resuelve lo complejo,
o simplemente las dificultades
que le representan lo elemental,
es lo que la convierten en mi musa.
Justo así, es perfecto lo que sucede;
no siempre es odio,
no siempre es amor,
no siempre es mi todo,
no siempre está ausente,
no siempre es buena,
no siempre es mala.
Estaba hablando de ti...escúchame:
Siempre eres mi inspiración,
y siempre quiero que lo seas.