Lluvia al Recuerdo
Una fría mañana en la ciudad, pequeños rayos de sol iluminaban delicadamente la fachada de aquel hermoso edificio que tantas cosas había visto suceder, las calles que lo rodeaban, repletas de flores y animando a la gente a que sonriera y viviera feliz habían permanecido ahí durante años, siempre igual de coloridas intentando darnos una lección para que aprendiéramos a darle a nuestros días el color que se merecían. Ella se sentía en paz consigo misma cuando caminaba por aquella zona. La ciudad que la había visto crecer le había enseñado durante mucho tiempo un lugar distinto para acompañarla en cada una de sus emociones y le estaba muy agradecida por ello; las calles más lúgubres del barrio húmedo la habían visto llorar mientras caminaba, los parques
antes repletos de besos e ilusiones compartidas la recordaban que aunque ahora no sucediera la vida puede elevarte a lo más alto, el césped sobre el que tantas veces se sentó en verano le recordaba el comienzo de su inocencia ahora perdida, de cómo cambió y dejó de ser una niña
Esa era su ciudad, la que poco a poco aprendía con ella y la ayudaba a seguir sin que nada importase.. edificios como la catedral la instaban a permanecer inmóvil ante las adversidades, a aguantar tempestades durante siglos sin mover ni una sola piedra
pero lecciones como esas eran difíciles de aprender sobre todo cuando se está enamorada y tiendes a hacerlo todo de corazón, con más frecuencia de la que deseaba regresaba a los lugares que le hacían daño, y allí, dejaba correr libremente sus emociones, su rabia se despertaba, las lágrimas resbalaban y mientras miraba al cielo preguntándose el porqué de su vida se sentaba en el suelo y esperaba a que la solución le cayera del cielo, a veces estaba tan asustada que no era capaz de ver más allá del presente o del pasado
no veía más allá de lo que dejó atrás e inútilmente se resistía a dejar marchar esa parte de ella que tanto dolía pero tenía que entender
que solo ella podía protegerse del mundo porque él se había ido y no iba a volver a buscarla.
Tan solo quedaba un alma
un alma sola y del revés.
