Sale sangre de los ojos mal cocidos
y quebrantan triste llanto enloquecido
En lo eterno de la noche nadie canta
y son sufridos los suspiros que resalta.
Sopla el bajo indefinido de la suerte
y son cansadas mis palabras de correrte
Amaneciendo en los infiernos del fracaso
y en retazos de tus serenos pasos.
Pueblan gritos ciegos los silencios enemigos
y me espanta tu recuerdo enmudecido
Mil lamentos que me aclaran la derrota,
tristes voces desgastadas como rocas,
un oscuro que se torna omnipotente,
fuertes ruidos que me ruegan que despierte.