El alma va, de en cada reencarnación
tratando de volver a ser quien fue,
un viento de cristal como un desierto
deja un hueco que la sigue
con La Muerte a sus espaldas
dentro de un plano
invisible, sólo intuitivo
se la siente pasar, con congoja
por la calle desconcertada
con pinpollos en sus manos
en su piel, nuestro recuerdo
en el límite de la existencia
ven a mí Muerte, mi liberadora
nos lleva al lugar de la creación,
allí volvemos a nacer sin recordar
y en su pecho me pongo a llorar,
con los ojos suplicantes,
yendo a donde ella va.
La Muerte solucionará todo, amigo Migue, a vos, a la puta oligarquía (?), a Khas y a mi. Sobre todo a mí. Luego te contaré mi historia de mi intento frustrado de matarme número 5, si te interesa. Pero me parce que no.